Pequeña en extensión pero grande a los ojos de la historia, acoge viajeros extranjeros en pleno auge del movimiento romántico en pleno siglo XIX, en busca de aventuras, nuevos paisajes, nuevos olores, tradiciones y cultura, haciendo de Ronda un sueño para los que llegan a estas tierras.
En sus versos hablan a Ronda, en sus lienzos enseñan al mundo este pequeño lugar, en sus palabras viajeros románticos deleitan los oídos que escuchan.
Sus paladares se encandilan con el sabor andaluz, sus calles, su gente, su puente, su grandiosidad cultural hace que cada año miles de personas quieran ser partícipes de la historia.
Ser una viajera romántica para mí ya es un hecho, recorrer sus miradores admirando la serranía malagueña es una imagen que difícilmente una fotografía podría recoger, adentrarte en los túneles secretos excavados en la propia roca y llegar al bajo tajo hace que te sientas en un paraíso, el agua a tus pies, mirar al cielo nunca fue tan fastuoso siguiendo con la mirada atónita el acantilado emergiendo desde el suelo, el solo sonido de tu respiración te eleva al mas placentero estado de evasión de la civilización.
Has sido una parada en mi viaje que ha marcado un antes y un después, descubrir lo que las personas podemos ser capaces de hacer en una tierra al vacío, convirtiéndola en un rincón mágico donde poder refugiarse.
Alicia Santorini 